martes, 19 de febrero de 2008

CRITICA DE ISRAEL ADRIAN CAETANO

Masacre es aire en este cine argentino solemne. Peca conscientemente de omisiones y búsquedas pretenciosas de estéticas supuestamente profundas. Es solo y nada más ni nada menos que una película clase B, de esas que se necesitan para empezar a pensar en películas serias. No hace de la parquedad un estilo ni de la ausencia de ideas un mensaje. Seguramente pasará por el desprecio de la mediocridad de la industria, el oportunismo de la crítica y de los productores sicarios de poco olfato. Es verdad, tal vez podamos discutir si es que hay o no méritos cinematográficos en MASACRE, pero esta discusión es aplicable a cualquiera de los bodrios festivaleros que el espectador inteligentemente ignora. En esta opera prima se impone la desfachatez que necesita el cine para serle arrebatado de una vez por todas a una elite intelectual de pocas luces que nutre nuestro INCAA (y del cual se nutre con mucha gula). MASACRE solo viene a entretener, que no es poco, y es por eso que sus impericias son perdonadas porque carecen de soberbia y petulancia. Solo se disfruta o no, así de sencillo. No hay que buscar ninguna definición más que decir que es una película de bajo presupuesto y punto. Que es preferible a decir que es una porquería de qualité. Abrir el juego es sano y que todos puedan hacer cine también (no solo aquellos que se portan bien con el patrón). Si no tuviera amigos vinculados a este film diría que es una reverenda bosta. Pero soy un tipo con códigos. Pásenla bien que de eso se trata.

Martín Karadagian

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